Cartografía participativa: OpenStreetMap

Historia y evolución de la cartografía participativa

Cartografía participativa: OpenStreetMap

La sociedad de la información ha incorporado en las últimas décadas la componente geográfica de los datos a la vida cotidiana. La cartografía ha dejado de ser un elemento de ámbitos profesionales o científicos, con escasa presencia en la actividad del ciudadano, para convertirse en una herramienta de primer orden para el público en general, e imprescindible para las administraciones y multitud de empresas.

La propia elaboración de la cartografía ha pasado de ser un terreno exclusivo de profesionales y expertos del sector, para convertirse en una tarea abierta gracias a las nuevas tecnologías, que permiten a los usuarios desarrollar y compartir información cartográfica de forma colaborativa, como el caso del proyecto OpenStreetMap (OSM).

El funcionamiento de la cartografía participativa o colaborativa se remonta al origen mismo de la elaboración de los mapas, donde viajeros y exploradores eran ayudados por las poblaciones autóctonas para elaborar mapas y rutas a través de una región.

Se trata por tanto de la combinación del conocimiento local, basado en la participación directa de los habitantes de un lugar, con tecnologías que permiten crear y representar información geográfica de un territorio para un determinado fin, y que durante siglos han necesitado de especialistas en cartografía para poder ser elaboradas con cierto rigor.

El cuadro “El geográfo” https://es.wikipedia.org/wiki/El_ge%C3%B3grafo_(Vermeer) del pintor holandés del siglo XVII Johannes Vemeer, refleja con gran belleza esa necesidad de disponer de una iluminación científica y una instrumentación compleja para construir un mapa.

FOTOGRAFIA: https://es.wikipedia.org/wiki/El_ge%C3%B3grafo_(Vermeer)#/media/File:J._VERMEER_-_El_ge%C3%B3grafo_(Museo_St%C3%A4del,_Fr%C3%A1ncfort_del_Meno,_1669).jpg

J. VERMEER - El geógrafo (Museo Städel, Fráncfort del Meno, 1669)

Sin embargo, las técnicas informáticas unidas a los avances en las tecnologías de información y comunicación, y las capacidades que ofrecen las técnicas de captura y procesamiento de información geográfica, han revolucionado el proceso de creación de cartografía. Hoy en día simplemente disponiendo de un Smartphone con conexión a Internet, cualquier ciudadano con conocimientos básicos o con unas simples indicaciones, es capaz de participar en la creación de cartografía de gran precisión en cualquier región del mundo, como lo demuestra el proyecto colaborativo OpenStreetMap para crear mapas libres y editables.

OSM se puede definir como un movimiento mundial para crear y compartir información geográfica de manera voluntaria y abierta. Es una iniciativa impulsada en 2004 por el entonces estudiante de informática Steve Coast, para evitar los altos precios que suponía acceder a cartografía de Gran Bretaña.

Aunque las tendencias están cambiando, y más en el entorno europeo a partir de la Directiva Inspire (Infrastructure for Spatial Information in Europe) http://www.idee.es/europeo-inspire, aprobada por el Parlamento Europeo en 2007, en la mayoría de los países del mundo, la información geográfica no suele ser de libre uso, y aunque el usuario pague por su elaboración a través de impuestos, muchas veces también (afortunadamente cada vez menos) debe pagar para adquirirla.

Además, las licencias de uso suelen condicionar y limitar su utilización, lo cual puede representar conflictos en muchas ocasiones.

Con OSM cambia esta situación pues son los propios usuarios quienes crean y corrigen datos vectoriales de los mapas mediante herramientas de edición https://wiki.openstreetmap.org/wiki/Editors, digitalizando directamente sobre ortofotografías u otras fuentes cartográficas, o utilizando información capturada con dispositivos GPS.

Actualmente el proyecto tiene más de 4.500.000 usuarios registrados, creciendo a un ritmo mensual espectacular, y con grupos de usuarios repartidos por todo el mundo, que generan más de 80 millones de ediciones de datos al mes, y que tienen un encuentro anual para evaluar el State of the Map https://2018.stateofthemap.org/ .

El hecho de que en la mayor parte de los casos el único interés para subir información, es la voluntad de los usuarios, y no cuestiones comerciales como en otras iniciativas de carácter empresarial, hace que OSM tenga información de lugares en cualquier región del mundo, por poco poblada que sea.

Captura del mapa de Maputo (Mozambique) en OpenStreetMap el 15/06/2018 https://www.openstreetmap.org/#map=13/-25.9204/32.5619

Una de las acciones de mayor interés de OSM es su empleo en proyectos de cooperación para el desarrollo, y especialmente en emergencias humanitarias. Tanto es así que existe un grupo específico denominado HOT (Humanitarian OpenStreetMap Team) https://www.hotosm.org/ que se encarga de coordinar las tareas de cartografiado en situaciones de catástrofe natural que precisen acciones humanitarias urgentes, consiguiendo ofrecer en pocas horas o días, una nueva cartografía de esos lugares que ayudan a los equipos de emergencias en la gestión de esos operativos.

La fortaleza principal de OSM es que la cartografía generada se distribuye bajo licencia abierta https://www.openstreetmap.org/copyright , por lo que a partir de sus datos, no sólo cualquier persona con un navegador web puede visualizar y consultar mapas actualizados https://wiki.openstreetmap.org/wiki/ES:Navegaci%C3%B3n , sino también utilizar esos elementos cartografiados para la creación de mapas y análisis en infinidad de temáticas.

A medida que el proyecto OSM ha ido madurando, y su base de datos ha mejorado en calidad y cobertura, ha ido surgiendo a su alrededor todo un ecosistema de herramientas informáticas y servicios, que le aportan aún mucho más valor a este proyecto https://wiki.openstreetmap.org/wiki/List_of_OSM-based_services.

Este auge de OSM puede enmarcarse dentro de la nueva tendencia o fenómeno social denominado neogeografía, derivado del nuevo uso masivo que se está dando a la cartografía en Internet por parte de los usuarios. Las nuevas tecnologías de información ofrecen libertad de acceso a la georreferenciación de lugares y la geoetiquetación de contenidos, gracias a la utilización cada vez más cotidiana del GPS y de dispositivos que permiten el posicionamiento mediante las redes de comunicación.

La facilidad de integración de nuevos recursos en entornos web mediante el uso de APIs consigue que cualquiera publique información directamente, en función de sus intereses y criterios espaciales, temporales, creativos y/o comprometidos con alguna causa territorial o social.

En este sentido, estas herramientas abren el camino a un nuevo desarrollo tecnológico que desde el cartoLAB-UDC estamos intentando promover y potenciar con la creación de nuevos servicios y aplicaciones.

Pero de eso hablaremos en otra ocasión.

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